"La realidad indica que necesitamos gradualmente que la economía se reactive; no para incentivar inversión, sino para sobrevivir".
"La realidad indica que necesitamos gradualmente que la economía se reactive; no para incentivar inversión, sino para sobrevivir".

Tras 21 años de crecimiento con alzas y bajas, parece claro que este año el PBI del Perú va a caer. La economía venía creciendo a menor ritmo, lo cual se agrava por el entorno global y la parálisis debido al COVID-19.

El mundo se debate entre posible recesión, que parece difícil evitar, y una depresión (larga recesión).

No se trata de priorizar economía o salud, pues están interconectadas. Es necesario el equilibrio entre las medidas. La realidad indica que necesitamos gradualmente que la economía se reactive; no para incentivar inversión, sino para sobrevivir. Los esfuerzos del gobierno serán insuficientes porque los recursos son finitos.

Las empresas dan empleo y necesitan generar ingresos para pagar sueldos, que a su vez son necesarios para que la población económicamente activa formal e informal recupere su capacidad de consumo, satisfacer necesidades cotidianas y mantener activa la cadena de pagos. No debemos llegar al punto de colocar al país en la disyuntiva de morir por COVID-19 o de hambre. La crisis económica podría generar conflictos y convulsiones sociales.

Las empresas deberán cumplir con una cuota de solidaridad y los trabajadores con una cuota de sacrificio. Esta no es solo una crisis de salud, es también económica. Existe la necesidad de avanzar hacia un plan gradual de apertura por actividades donde se pueda establecer protocolos sanitarios. Manifestamos la preocupación por el transporte público (foco de contagio) y la falta de distanciamiento social.

Según las cifras oficiales, estamos entre los más afectados regionalmente por nuestro sistema de salud precario. Las cifras iniciales estaban basadas en un ridículamente bajo número de pruebas y contagios oficiales.

TAGS RELACIONADOS