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Redacción PERÚ21

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Carlos Meléndez,Persiana AmericanaAyer el MEF Castilla esbozó en El Comercio "cinco razones para tener confianza": manejo económico prudente, solvencia fiscal, modernización estatal, competitividad e inclusión. Empero, las razones para la desconfianza son abundantes y demoledoras. Aquí apunto solo 5 imperceptibles bajo la mirada economicista predominante.

Primero, informalidad. ¿Se puede alabar a una economía con un 70% de la PEA vinculada al sector informal? Esa ancha 'clase media', 'pujante y emprendedora', es falaz; apenas un conglomerado de no-pobres que sacrifican derechos laborales y viven sacándole la vuelta a la ley.

Segundo, falta creatividad para gobernar. El mérito del mantenimiento de las políticas económicas no radica en la voluntad palaciega, sino en los grupos de presión que cercan al Ejecutivo a placer. La gestión Humala es reactiva –en los márgenes del 'piloto automático'–, excesivamente tecnocrática y sin vocación política. ¿Se puede ser optimista sin cuadros políticos propios y con tecnócratas-lobistas?

Tercero, reformismo conservador. Las iniciativas de reforma estatal son, en su mayoría, paliativos provisionales que no concretan beneficios directos. El peruano está desprotegido en sus derechos fundamentales de seguridad, justicia, calidad de vida, etc. Se 'moderniza' el Estado para los inversionistas, no para los ciudadanos.

Cuarto, paupérrima institucionalidad estatal. La descentralización política se cae a la vista y paciencia del Ejecutivo (¿querrá eso?); el Parlamento carece de representatividad y el Estado no tiene presencia efectiva.

Quinto, corrupción. Sin un sistema efectivo de rendición de cuentas, la 'bonanza' económica se filtra por poderes ilegales como el narcotráfico y las mafias armadas.

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