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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

En ese mismo periodo, nuestro gigantesco vecino redujo su pobreza del 37.6% al 20.9%. El Perú, del 54 al 27%.

En el caso de la pobreza extrema, Brasil pasó de 13.1% a 6.1%, mientras que nosotros logramos reducirla de 24.4% a 6.3%.

En donde nos hemos quedado rezagados es en la disminución de la desigualdad entre los habitantes de zonas urbanas y rurales. Todavía ese 25% de pobladores rurales del Perú sigue teniendo severas deficiencias en servicios básicos de salud, educación y acceso a electricidad y agua potable.

Sin embargo, también en ese aspecto hay algunos datos alentadores, revelados por Richard Webb en una investigación realizada en 176 distritos seleccionados aleatoriamente del tercio más pobre del país.

El trabajo, publicado con el título 'Conexión y despegue rural', da cuenta de una verdadera "explosión de emprendedurismo", según frase del autor. Por ejemplo, el jornal agrícola promedio se incrementó en 73%, el precio de la tierra en 88%, el valor de los predios en la capital distrital en 167%, y la producción agropecuaria creció en 5% anual vs. 0.7% del siglo precedente.

Hay varias razones que explican esa "explosión", pero Webb la atribuye, sobre todo, a la conectividad. No solo a la conectividad física –desde 1995 se triplicó la construcción de caminos rurales y carreteras–, sino también a la comunicación telefónica y por Internet.

La situación descrita le permite decir a Webb que "por primera vez estamos avanzando de una forma integrada como país". Razón de más para darle continuidad al esfuerzo y pensar con seriedad en la longitudinal de la sierra.

Allí tiene un desafío novedoso, señor Villanueva.