Predio histórico del PPC está ubicado en Alfonso Ugarte. (Rafael Cornejo)
Predio histórico del PPC está ubicado en Alfonso Ugarte. (Rafael Cornejo)

Les recomiendo a los analistas económicos que se enfoquen en la incertidumbre y el riesgo político. No van a ganar un ranking en el Institutional Investor por predecir bien la inflación.

Quienes les ponemos énfasis a estos temas hemos estado más activos que lo usual en el transcurso de este gobierno.

A los nuevos, les hablamos de institucionalidad precaria y búsqueda de rentas, de los mercas y los corruptos. Y, sobre todo, de la ausencia de partidos y de políticos.

También les contamos generalidades y detalles escabrosos sobre la renuncia del caído Pedro Pablo Kuczynski, tras su enfrentamiento con Keiko Fujimori y Alan García. Y más.

El principal factor positivo que esgrimo es que se está forjando una nueva clase política. Una clase política netamente de políticos, como en Grecia. No una que esté plagada de representantes de la ilegalidad, ignorantes y criollazos.

Los veo de vez en cuando. Bordean los 20 o 30 años. Tienen mística. Son rectos. Trabajan duro.

Y lo más importante, representan mejor a nuestro diverso país, ya que son hijos o nietos de migrantes. Reciben formación política. Viajan para estudiar otras culturas y formas de sociedad. Trabajan para sus pares y con ellos. En fin.

Se enamorarían de ellos si los conocieran. Y a mí me generan una enorme emoción.

El trabajo de los “grandes” (del PPC) es servir de bisagra, a ver si por fin superamos la crisis del Estado. Esperamos algún día terminar con la transición del desborde popular al Perú diverso que merecemos.

Este Perú diverso que el mundo y nosotros mismos demandamos. Estas dos verdades monumentales están ahí, para quien abra los ojos.

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