En realidad, es inaceptable que solo el 5% de las personas que sufrieron algún robo o asalto se consideren satisfechos con la manera como la Policía los ha tratado. Ese porcentaje debería de ser, como mínimo, diez veces más alto. Pero lo más dramático del caso es que la Policía ha perdido la confianza de la población ya que, según el INEI, el 88% de las víctimas de delitos ni se molestan en ir a una comisaría a denunciarlos.