(Alessandro Currarino)
(Alessandro Currarino)

Los hijos de Ricardo Moran viven ahora en una situación muy extraña porque al haber nacido en los Estados Unidos y tener pasaporte de ese país están en el Perú en calidad de turistas.

Es más, si pasan el periodo de tiempo que tienen como turistas los bebitos serían ILEGALES.

Esta situación absurda que se produce porque quien alumbró a los niños es una mujer que en la figura de la gestación subrogada no es su madre.

El conflicto del tema se centra en que los hombres no pueden inscribir a sus hijos sin la presencia de la mujer que los alumbró de manera que se encuentran en un limbo del que aparentemente no podrían salir.

Recuerdo que en los años 80 fue muy controvertido el nacimiento del primer bebé probeta.

Algunos decían que no sobreviviría otros que tendrían malformaciones, que no podrían reproducirse, y que finalmente no tendrían existencia legal.

Pero la realidad se impuso y el primer bebé probeta nació y el derecho tuvo que rendirse ante la realidad.

El caso de Catalina y Emiliano debe resolverse lo más pronto posible en aras del interés superior del niño y de la niña.

La legislación peruana en materia de derechos de familia debe llegar al siglo XXI. Muchos más casos sucederán en los próximos años y las familias diversas deben tener todas las garantías de poder inscribir a sus seres queridos en los registros.

En sociedades con grupos de personas retrógradas que incitan al odio contra todo lo diverso, es necesario que el Estado Peruano dé las garantías a todas las personas, en especial a los niños y las niñas.

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