INSISTE. Castillo confirmó anoche que sus seguidores ya llegaron a Lima. ¿Alista nuevos desmayos? (USI)
INSISTE. Castillo confirmó anoche que sus seguidores ya llegaron a Lima. ¿Alista nuevos desmayos? (USI)

Con el respaldo encubierto del Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), brazo político de Sendero Luminoso, Pedro Castillo convocó, a mediados de junio, a una nueva huelga nacional de maestros enarbolando una plataforma supuestamente reivindicativa para el gremio magisterial.

El propósito real, sin embargo, no era otro que instaurar, una vez más, el desorden y el caos en aulas y calles, y lograr por la fuerza lo que no pudo obtener con todas las de la ley: el reconocimiento legal de la Federación Nacional de Sindicatos Unificados de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenasutep), que es la careta del SUTE-Conare que, en 2017, provocó la pérdida de clases durante más de seis meses sin asomo alguno de remordimiento.

La acción desestabilizadora del ¿profesor? Pedro Castillo, sin embargo, no tuvo éxito. Desde el arranque, su medida de fuerza tuvo una acogida aislada que se redujo todavía más cuando el ministro de Educación, Daniel Alfaro, ratificó, con firmeza, la continuidad de la reforma magisterial, dispuso descuentos por los días no laborados y el reemplazo de los huelguistas. Acciones positivas que destacan en un gobierno que, al igual que el de PPK, empezaba a dar visos de marchas y contramarchas ante el más leve amago de protesta.

La estocada final a Castillo, sin embargo, se la dieron sus propios ‘benefactores’, quienes fueron puestos al descubierto por Perú21 a escasos días de iniciada la huelga. Un documento original divulgado por este diario y firmado por el Frente Magisterial del Comité Ejecutivo Nacional del Movadef confirmó no solo “el apoyo económico” de esa agrupación al “cc. Pedro Castillo y la huelga” sino que, además, reveló las pautas que estos debían seguir para disfrazar su sucio financiamiento.

Castillo no pudo esta vez, y esperemos que nunca más, colocar nuevamente a nuestros niños bajo la amenaza de la pérdida del año escolar. Fracasó en el intento, pero ha prometido volver. Para ello cuenta con Sendero Luminoso que sigue vivo, agazapado, esperando un descuido. El Gobierno no puede bajar la guardia y la sociedad tampoco.