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Redacción PERÚ21

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Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

El ingreso de la congresista Ana Jara al premierato significó, sin dudas, una apuesta apretada por parte de Palacio. Cierto, la Sra. Jara viene con la experiencia de haber trabajado en el Ejecutivo y conocer, de cerca, el manejo de un ministerio (lideró dos carteras desde el 2011, Mujer y Poblaciones Vulnerables, y Trabajo y Promoción del Empleo). No obstante, el perfil de un premier exige una serie de atributos además de conocer al Ejecutivo por dentro: tener una amplia red política, entender el marco económico, la cartera de proyectos y un largo etcétera. Algunos podrán decir que sus antecesores tampoco eran grandes lumbreras en dichas áreas; bueno, en parte a eso responde por qué duraron tan poco (eso, y las intrigas palaciegas).

Dicho esto, el gobierno tendrá que observar y acompañar muy de cerca el tránsito de la Sra. Jara por la PCM, brindarle apoyo, conseguir palancas políticas, etcétera, con lo cual el espacio disponible para otros temas será limitado.

El resumen de esto nos lleva a la propuesta palaciega para el Congreso: si el ingreso de la Sra. Jara al premierato es una apuesta apretada, manejar el Legislativo con la Sra. Ana María Solórzano es una apuesta ciega. No tiene la muñeca política, ni el manejo de redes y contactos, ni el conocimiento global de lo que ocurre en el recinto. Y el oficialismo, mermado por el último éxodo, requerirá de una muñeca política mayor que la habitual.

Peor aún, no solo la designación de la Sra. Solórzano como candidata es un albur (hasta este momento no tiene los votos asegurados); cualquier déficit o error visible caerá inevitablemente en la figura presidencial. ¿Está Palacio preparado para dicha contingencia? Creemos que no.

Si la apuesta pasaba por correr riesgos en el Legislativo, deberían haber llamado a un premier con mayor peso político; o al revés, si querían lanzar una jugada atrevida en el Ejecutivo, necesitaban de alguien con mucha correa y experiencia en el Legislativo. Correr riesgos en ambos frentes, en estos momentos y con este nivel de aprobación, es una apuesta inentendible.