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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Con este título Unicef y el gobierno de Canadá han publicado un estudio sobre los primeros años en la vida de niños de distintas comunidades amazónicas. Texto que nos hace viajar y visitar las historias de 56 niños shipibo, asháninka, wampís y awajún, de entre cero y tres años. El relato de la vida cotidiana de estos niños y de cómo sus familias se organizan para su crianza dan cuenta de los desafíos que tenemos como país para que todos los niños logren su pleno desarrollo infantil.

El estudio relata las actividades diarias de las familias, las relaciones de los niños pequeños con los adultos, con la madre en particular, y con otros niños. Resalta el rol de los abuelos y hermanos mayores en la crianza y el cuidado, y el de las redes familiares y comunitarias para complementar su cuidado.

El servicio público clave para estas familias y sus niños es el de salud. Salud primaria, la del centro de salud cercano. Eso es lo crítico: un buen servicio local de salud básica, preventiva y para atención de emergencias. En el Año del Buen Servicio al Ciudadano, estas familias requieren que la prioridad se centre en asegurar la calidad del servicio (intercultural) de atención primaria de salud.

Lo otro que muestra el estudio es que las familias rurales requieren de otros servicios complementarios para mejorar las condiciones de crianza.

Necesitan la acción concertada y conjunta del sector público: salud, consejería en prácticas de crianza y nutrición, agua segura, mejor vivienda.Esta mínima provisión (conjunta) de servicios debería ser derecho de cada niño peruano. Esperemos que dentro de las acciones para brindar un buen servicio al ciudadano que se están impulsando se prioricen estos servicios, que deben llegar a las comunidades donde viven estos niños, en su lengua y adaptados a su entorno y cultura.