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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El ministro Zavala estuvo la semana pasada en el Congreso presentando su estrategia frente a la trata de personas. No he visto reacciones ni comentarios sobre ello, apenas un par de menciones. Perdemos horas discutiendo temas inútiles y se nos pasan estos que deben interpelarnos con urgencia.

La PCM ha presentado su estrategia para enfrentar la trata de personas, una de las formas modernas de esclavitud. Urge que acompañemos estas propuestas, les demos seguimiento y exijamos que las entidades de los otros poderes del Estado hagan su parte. Además, hay que vigilar que el Estado cuente con los recursos para brindar los servicios para atender a las víctimas.

En el Perú, según el Ministerio Público, en el 2016 se registraron más de 1,100 denuncias por trata, 10 veces más que en el 2009. El problema es mayor, pero también se denuncia más porque ya se conocen las prácticas que terminan en trata de personas. La trata afecta a poblaciones vulnerables, y sobre todo a mujeres y niñas.

Un avance en la política contra la trata de personas es la tipificación del trabajo forzoso como delito en el D. Leg. 1323. El 49% de las víctimas de la trata de personas fueron captadas con falsos ofrecimientos de trabajo. El trabajo forzoso y la trata de personas son dos caras de la esclavitud de nuestro tiempo. Enfrentar y reducir uno impacta en lo otro.

Combatir el trabajo forzoso y la trata de personas requiere de una acción articulada del Estado y de una actitud vigilante de la sociedad. No podemos permitir ningún tipo de complacencia, ni impunidad ante estos delitos que afectan sobre todo a las poblaciones más vulnerables.