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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

1.-Son las candidaturas que, recientemente, partiendo de abajo muestran atributos para seguir creciendo en los sondeos de opinión. La tardía candidatura de Alfredo Barnechea, por el prolongado intento de convencer a Gastón Acurio, necesita avanzar con rapidez en el poco tiempo que le queda. Verónika Mendoza, cargando los problemas de la división y el sectarismo de las izquierdas, ha logrado asentarse en un espacio propio con la honestidad y transparencia de la juventud.

2.- El resultado electoral ya no depende solo del dinero grande; el poder de los medios también tiene límite. Programas cargados de ideología no sirven para mucho. El pueblo sabe olfatear, se da cuenta si el candidato cree, de verdad, en lo que está diciendo… y que lo propuesto es realizable.

La potencialidad del candidato es insustituible. Si no, pensemos qué habría pasado si Mesías Guevara hubiera sido el candidato de Acción Popular y Marco Arana el del Frente Amplio.

3.- El horizonte de Verónika y Barnechea apunta al proceso electoral del año 2021. En tanto, de darse el caso, pensar en un acuerdo parlamentario no estaría mal. Así lo aconsejan los nubarrones que se vienen.

El énfasis de Barrenechea en el tema de la igualdad es un marco compatible con el espíritu que anima lo expresado en el programa del FA. Aunque las diferencias se mantendrían.

4.- Las izquierdas, electoral y no electoral, con su autoaislamiento no pueden ganar el sentido común de las grandes mayorías. Tampoco pueden enfrentar con éxito a los que quieren mantener el actual statu quo con el cuento de que "todos tenemos las mismas oportunidades y somos iguales ante la ley".

Necesitamos sentar las bases para un camino nacional y popular, una democracia de verdad y un país soberano. Necesitamos construir un amplio espacio de centroizquierda.

(*) De acuerdo con nuestro director (25.2.16), en las coincidencias entre Keiko y Guzmán.