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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

1.- Antes de la primera vuelta, durante las elecciones presidenciales del 2011, la mayoría de las empresas encuestadoras señalaban que si Luis Castañeda pasaba a la segunda vuelta, era el que más probabilidades tendría de ganar a Humala.

La imagen de Castañeda viendo en la TV su irreversible bajón y exclamando "No importa, ganaré a Humala en la segunda" se convirtió en una mofa, con caricaturas y todo.

2.- Cuando un novel candidato pasa de atropellada a la segunda vuelta para competir con el favorito tiene sus lados buenos y otros malos. Entre los primeros se cuenta el poder aprovechar la sorpresa y tendencia creciente del apoyo a su candidatura, y entre los segundos, que por lo general no logra contagiar su desbordada popularidad a sus listas congresales.

Revisen, por ejemplo, el menor número de congresistas que acompañaron al triunfo de Alberto Fujimori en las elecciones del año 1990 y que fue tomado como una forzada justificación del 5 abril de 1992.

3.- Pero, también, sucede algo parecido en candidatos que crecen aceleradamente en la primera vuelta aunque no logran pasar a la segunda. Es el caso de la candidatura de Pedro Pablo Kuczynski en las elecciones del 2011; consiguió superar a Alejandro Toledo obteniendo 18.5% de los votos contra 15.5% de este, pero las listas de PPK obtuvieron 12 congresistas y las de Toledo alcanzaron 21 congresistas, aunque los dos encabezaban sendas alianzas electorales.

4.- Hoy en día nadie discute la victoria de Keiko en la primera vuelta, centrándose en quién será su contrincante en la segunda.

Pero no se analiza la importancia política de que el fujimorismo tendría más de 50 congresistas que formarán la bancada de Fuerza Popular, gane o pierda la segunda vuelta. Ojo que su mostrada disciplina congresal facilitaría las alianzas necesarias para controlar el Congreso hasta el 2021.

A prepararse, ya que el futuro vendrá lleno de sorpresas.