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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El voto preferencial y la falta de democracia interna son la causa de la debilidad de los partidos. Así, el 25% de candidatos al Congreso pueden ser 'invitados', los que sumados a los 'elegidos' en una Asamblea Nacional de Delegados manejada por la cúpula, compiten en el orden de las listas de candidatos por cada región, dejando de lado la opinión de las bases. Los tinterillos se encargan de darle la formalidad legal.

Por eso la debilidad de los comités partidarios en las regiones, y su incapacidad para ganar adeptos a favor de una lista para las elecciones regionales y municipales.

Y, en cambio, el numeroso despliegue de movimientos regionales que –desde fines del siglo pasado– abrumadoramente son los que ganan los gobiernos regionales y las alcaldías.

Con el transcurrir del tiempo este devenir se ha consolidado, a la vez que estos últimos controlan significativas inversiones y gasto público en infraestructura, salud, educación, cultura, etc.

Y la política regional y sus liderazgos concentren propios bolsones electorales. Por eso, que muchos de los candidatos invitados a la lista de congresistas, pertenezcan a un movimiento regional y encabecen esta lista.

Así, cada vez más, los llamados partidos nacionales son apenas una aceitada maquinaria controlada por 'el jefe o fundador' y sus acólitos –que le deben sus gollerías– como congresistas o por haber sido colocados en importantes cargos de la administración pública. Y los comités de bases de los partidos sean unos invitados de piedra. Y que al final de su período, la mayoría de congresistas del interior se queden a vivir en la capital.

La solución está a la vista; nada impide que los militantes de un partido, a la vez, inscriban un movimiento político regional. Háganlo y verán cómo la cúpula los respetará ¡Partido descentralizado!