Carlos Tapia: La matanza de Accomarca

Después de 32 años de ocurrido el asesinato de 62 campesinos de la comunidad de Accomarca en Ayacucho, la sala que ve el caso pareciera que ya va a dictar sentencia sobre los jefes militares responsables. En agosto de 1985, efectivos militares salidos del cuartel Los Cabitos (Huamanga) y de la base contraguerrilla de Vilcas Huamán recibieron la orden de acabar con la “escuela popular” que por datos de inteligencia militar se realizaba en la zona.

La masacre conmocionó a la opinión pública. El recién instalado gobierno de Alan García señaló enfáticamente que los responsables no iban a quedar impunes. Inspectoría del Ejército determinó que el subteniente Telmo Hurtado, jefe de una patrulla, era el confeso culpable. El Senado también formó una comisión investigadora, que recibió el testimonio de dicho oficial que reconoció que él había conducido la matanza “en defensa del régimen democrático y del propio funcionamiento del Congreso”. La justicia militar lo condenó por “abuso de autoridad” a cuatro años de prisión y el pago de una reparación civil de 50 mil intis (US$830 para la época). De las 62 víctimas, 26 eran niños y 10 mujeres. Fueron asesinados a mansalva y hasta emplearon granadas incendiarias y, días después, también se ‘eliminaron’ a los testigos. Pasados dos años en prisión, Telmo Hurtado sirvió al Ejército hasta el grado de mayor en Cajamarca (1998).Reabierto el caso, fugó a los EE.UU. y, descubierto, fue expatriado y está preso.

Hurtado continúa sosteniendo que su proceder correspondió a la orden verbal recibida del general Mori, jefe de Los Cabitos y de los jefes de Inteligencia y Operaciones de su Estado Mayor. Más aún, respondiendo en el careo con sus ex jefes, supo declarar que ellos le habían garantizado que “volviéndose medio loco” iba a tener una pena benevolente. Sus jefes están prófugos.