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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Durante un evento sobre Seguridad Ciudadana realizado a fines del 2013 en el auditorio del Congreso, sucedió una cosa inusitada. El general PNP ® Félix Murazo, ex ministro del Interior, señaló a los asistentes –detectives en su mayoría– que entre ellos se encontraba el comandante PNP ® Clodomiro Díaz Marín, y se escuchó un estruendoso aplauso. Cuando todo terminó, interesado, invité a Murazo y Díaz Marín a mi casa.

Me explicaron cómo a fines de 1990 se llegó a determinar que en una casa a solo 400 metros de la Comandancia General del Ejército, se preparaba una reunión de la cúpula senderista. Y que la fecha era cercana al 3 de diciembre, cumpleaños de Guzmán.

De inmediato el 4 de diciembre, se reunieron los seis oficiales encargados de este trabajo: Félix Murazo, Luis Elías, Carlos Morán y Carlos Carrillo consideraron que había que intervenir el inmueble; Miyashiro se abstuvo y Benedicto Jiménez se opuso. En la mañana del 5 de diciembre, el jefe de la Dircote general PNP Enrique Oblitas fue informado y aprobó la intervención bajo el mando de Díaz Marín.

Informado el general Adolfo Cuba Escobedo, Director General de la PNP, desde Palacio de Gobierno y en coordinación con Montesinos, ordenó que se suspendiera el operativo.

El general Enrique Oblitas fue destituido y reemplazado por el general Héctor Jhon Caro, traído de inmediato desde Huaráz con la orden de no intervenir nada.

Quince años después, ante la Sala presidida por Pablo Talavera, Óscar Ramírez Durand ("Feliciano") admitió que durante la reunión del Buró Político senderista, en diciembre de 1990, de manera abrupta se vieron obligados a abandonar la casa –el primero fue Guzmán– donde se reunían porque alguien les avisó que la Dircote los iba a capturar.

De haberse detenido a Abimael Guzmán entonces, miles de peruanos no hubieran muerto. Habría que investigar esto ¿no?