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Redacción PERÚ21

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Junto con Toledo, son dos ex presidentes que compiten en estas elecciones pero que no pasarán a la segunda vuelta. Toledo generó su breve liderazgo en la Marcha de los Cuatro Suyos, la caída de Fujimori y la elección subsiguiente. Su partido y la doctrina del "peruposibilismo" se quedaron en ideas gaseosas. Los problemas personales y familiares ocultaron varios logros de su gobierno.

En cambio, el liderazgo de Alan fue orgánico y al interior del partido más importante del país. Se sintió reconocido y creyó asumir la responsabilidad encomendada. De ahí la vehemencia de sus discursos de entonces y la irresponsabilidad –disfrazada de audacia– de las medidas de su gobierno 1985-90. El desastre de la economía, el avance del terrorismo y la corrupción gubernamental enterraron sus sueños de convertirse en un líder histórico en el país y en la región.

Ganó a Ollanta Humala en las elecciones del 2006, después que mañosamente desplazara a Lourdes Flores, para pasar a la segunda vuelta. Hábil y maniobrero, derrotó a Humala polemizando con Hugo Chávez. Su segundo gobierno fue a favor del 'piloto automático neoliberal' en excepcionales condiciones favorables del mercado mundial y contra 'los perros del hortelano'.

En la última encuesta de CPI, Toledo cuenta con solo el 2.2% de intención de voto y Alan con el 6.2%. En los dos casos la tendencia se muestra declinante. Pero Alan es el que tendrá el problema político con los militantes del Apra. ¿Aceptarán cinco años aliados con el PPC en la bancada de Alianza Popular?

La locomotora electoral se descarriló. Después del 10 de abril, ¿se mantendrá como presidente del partido con las objetadas dobles secretarías? ¿No hubiera sido mejor candidato Enrique Cornejo y que el PPC resolviera sus pugnas solo? Muchos esperan, para bien, la rebelión de las bases apristas.