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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La primera crisis financiera internacional del siglo XXI estalló en 2008 en Estados Unidos y dos años después en Europa. La respuesta de los gobiernos fue disminuir la tasa de interés a cero en un intento de reactivar las economías. Dado que no funcionó, se dedicaron a inyectar liquidez en enormes cantidades. Pese a ello, la economía mundial no se recuperó. El crecimiento de las economías avanzadas entre 2009 y 2016 fue solo de 1.1% como promedio anual.

Como consecuencia, tenemos un mundo inundado de liquidez sin que ello haya impactado sobre la económico. Algunos dirán que pudo ser peor. No lo sabemos. Lo que sí está claro es que el exceso de liquidez deprime tipos de cambio por todo el mundo, pero, ¿dónde está la liquidez? Pues en los mercados financieros. Los inversionistas optaron por comprar activos financieros, sin mover los sectores productivos de la economía.

La historia financiera mundial muestra que la abundante liquidez en el mundo crea el escenario para el surgimiento de burbujas especulativas. Como el dinero "no sabe adónde ir", opta por comprar activos para especular; esto significa "comprar barato para vender caro". Eso explica la variabilidad de precios de las materias primas, acciones y otros activos sujetos de especulación.

Nadie sabe cómo terminará esto, pero bien haríamos en ser más humildes en reconocer que es poco lo que sabemos. La política monetaria ha demostrado ser poco efectiva en reactivar las economías. Pero no sabemos si más adelante lo será. Mientras tanto, EE.UU. está en un proceso de "normalización monetaria", esto es, aumentar de manera gradual su tasa de interés; Europa y Japón todavía las mantienen muy cercanas a cero.