CCL: Perú es la cuarta economía con la tasa más alta de IGV en la región. (Mario Zapata)
CCL: Perú es la cuarta economía con la tasa más alta de IGV en la región. (Mario Zapata)

El objetivo de cualquier estrategia económica es el desarrollo y no solo el crecimiento. El primero se refiere a la mejora de la calidad de vida, mientras que el segundo, solo a producir más. Un país puede crecer sin desarrollar; sin embargo, no se puede desarrollar sin crecer. Por ello, sería preferible una concentración en la evolución de las variables sociales, pues de su mejora depende la estabilidad de la sociedad.

El crecimiento económico significa producir más. Ello se puede conectar con el desarrollo a través de dos canales. En primer lugar, si las empresas producen más, lo hacen porque esperan vender más. Nadie produce para guardar lo producido. Si venden más, a pesar de la informalidad existente, se pagarán más impuestos (renta e IGV). El resultado es un aumento en la recaudación tributaria. Por lo tanto, el crecimiento económico le pone el dinero al Gobierno para que este aumente su gasto. Si ese mayor gasto se orienta a elevar el bienestar (educación, salud, seguridad, etc.), entonces es posible que aparezca la conexión entre crecimiento y desarrollo.

En segundo lugar, producir más genera más empleo, pues se entiende que para hacerlo se necesitan más personas. Sin embargo, esta relación no es tan simple. Muchas veces ocurre que las empresas producen más con mejores máquinas; el avance tecnológico posibilita que los aumentos de la producción no siempre ocurran con nuevos trabajadores. Los aumentos en la producción no siempre conducen a más empleos adecuados, al menos no en la misma proporción.

El desarrollo debe ser la meta de los gobiernos. Si los ciudadanos no sienten los beneficios del crecimiento, de nada servirán los esfuerzos que se hagan en el manejo económico.

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