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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Pobre nuestro mar, cada vez que queremos deshacernos de algo, lo tiramos al mar. La playa La Chira ha recibido por años los desechos orgánicos de toda la ciudad. El mar de Grau convertido en deposito natural de basura. ¡Cuántas ciudades del mundo quisieran tener una capital bañada por kilómetros de playa! Sin embargo, parece que a nosotros ese privilegio no nos interesa. Décadas esperando que los municipios comprometidos se pongan de acuerdo en hacer realidad el proyecto que busca unificar La Costa Verde, pero por mezquindad, competencia o incompetencia, nunca se ha hecho nada. Mientras, a orillas del mar se siguen levantando, sin ningún gusto ni criterio, construcciones enormes que más que restaurantes, parecen homenajes al cemento. Esta semana, la prepotencia edilicia encontró en el mar de Miraflores un nuevo enemigo y quiso construirle encima una pista. De los mismos creadores de "Pintando los murales" llega ahora "Apedreando La Pampilla". Basura de otro tipo directamente arrojada al mar. Reclamo que no es ajeno a nosotros los bañistas que dejamos presas de pollo, bolsas plásticas, profilácticos y demás porquerías en agua y arena. Roguemos todos a nuestro justo héroe Miguel Grau para que nos ayude a respetar el mar, antes que este nos haga correr como cucarachas, cuando decida respondernos muy molesto en forma de tsunami.