Cangrejos trabajando. (USI)
Cangrejos trabajando. (USI)

Al parecer, no fue suficiente para el titular del Ministerio de Trabajo evidenciar públicamente su profundo desconocimiento sobre la informalidad laboral y la resaltante discrepancia con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre las soluciones a este problema. El sábado pasado, el viceministro de Promoción de Empleo (¡informal!) reafirmó nuestros miedos sobre los nocivos cambios que pretenden implementar en el mercado laboral.Ministerio de Trabajo
En concreto, se pretende –de manera muy torpe– incrementar la remuneración mínima vital en 61% durante el segundo trimestre de 2020, lo que supondría un aumento de S/930 a S/1,500. Algo sorprendente de esta propuesta es que la divergencia de ideas no se limita solo al MEF, sino también se extiende al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Este año el BID publicó el documento Creciendo con Productividad – Una Agenda para la Región Andina, en el que se exponen las causas que explican la baja productividad en la región y las medidas correctivas correspondientes a implementar en diversas áreas de la economía, entre ellas el mercado laboral.

Ahí, se reconoce que uno de los problemas es que el salario mínimo en los países andinos es elevado; sobre todo en Perú, ya que representa más del 20% del PBI por trabajador. Asimismo, mientras que en los países de la OCDE la RMV representa el 40% del salario promedio, en nuestro país representa el 55%. La propuesta del viceministro elevaría dicha relación hasta al menos 80%.

Si bien el BID reconoce que la RMV cumple un objetivo socialmente válido, fijarla en un nivel elevado respecto al (i) salario promedio y (ii) la productividad de los empleados, puede desalentar la contratación formal, sobre todo en aquellas actividades donde la RMV está cerca de la productividad laboral promedio (ej. agricultura).

Darle la contra no a una, sino a dos instituciones que entienden cómo funciona el mercado laboral es harto irresponsable por parte del MTPE.