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Redacción PERÚ21

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Carlos Meléndez,Persiana AmericanaNo hay que ser lumbrera política para darse cuenta de los problemas que enfrentan las ciudades en el Perú (principalmente Lima). Inseguridad ciudadana, tráfico caótico y mala planificación urbana figuran entre las principales. Los cientos de candidatos inscritos ayer como postulantes a alcaldías provinciales y distritales agobiarán a la opinión pública con slogans que repetirán sin cansancio la siguiente tríada: seguridad, transporte y obras. Entonces, ¿cómo deberían distinguirse los candidatos para ayudar a un electorado desbordado en información?

Para algunos, las elecciones ediles son menos políticas porque buscan elegir al "buen vecino". El crecimiento demográfico y la complejidad de las sociedades contemporáneas desvirtúan dicha afirmación. No se trata solo de elegir a una persona confiable, sino a alguien capaz de tener planteamientos de políticas urbanas. Tales políticas deberían formar parte de una matriz programática coherente. No basta con poner numeritos ("5 mil policías, 10 mil cámaras"), sino demostrar una concepción particular para gobernar la ciudad.

Una propuesta edil debería ser capaz de abordar dos temas de fondo: su conceptualización de 'vecino' y su perspectiva de la ciudad en el futuro. ¿Su gestión promoverá a un ciudadano individualista y activo o colectivista e inútil? ¿Qué medidas sugiere para reducir la informalidad (desde las contribuciones tributarias hasta la calidad de los servicios ediles)? ¿Plantea límites a la inversión privada en la gestión pública o simplemente convertirá a la municipalidad en una concesionaria de services?

Quizás sea mucho pedir una campaña de esta calidad, pero es lo que realmente se necesita para salir de la mediocridad que nos ha gobernado por más de una década.