Con la camiseta del Perú

Miles de venezolanos huyen del hambre, de la falta de libertad, de la inexistencia de presente y futuro. Los sufridos hijos de Bolívar, de aquel que soñaba con la Patria Grande, deben caminar cientos de kilómetros cruzando Colombia, Ecuador, para llegar al Perú antes del viernes 25 de agosto, fecha en la requerirán presentar un pasaporte. Ese documento de identidad que nosotros obtenemos en menos de una semana, y por el que pagamos lo justo, puede llegar a costarles hasta 5,000 dólares, porque solo existe una manera: los tramitadores de su país que, en realidad, son una red de corrupción para lucrar con los más necesitados. No hay otra manera, salvo que seas un allegado de Maduro y su cúpula.

La crisis humanitaria nos alcanza y puede desbordarnos, es verdad. Hay 400 mil venezolanos en el Perú y se espera medio millón a fin de año. Los gobiernos sudamericanos deben seguir estrategias conjuntas para mostrar solidaridad, pero también organizar el ingreso de estos ciudadanos extranjeros.

Recordemos al Perú en los momentos más horrorosos de terrorismo, hiperinflación, millones de intis que no valían un real y sin trabajo. Hoy, al menos son 2 millones de peruanos que viven en Estados Unidos, Europa, Japón, América Latina. ¿Acaso no estuvimos tan orgullosos de ver camisetas blanquirrojas en los estadios mundialistas? ¡Pues sí! Muchos de esos peruanos habían huido de la irresponsabilidad y de malos gobernantes. Es nauseabundo escuchar oportunistas entre los candidatos ediles, colgándose del tema de los venezolanos con afirmaciones mentirosas y xenófobas.

Generar miedo, desconfianza por la llegada de venezolanos, diciendo que te van a quitar tu trabajo, tu seguro de salud, te van a robar, es la manera más mugrienta de nacionalismos interesados. Mucho cuidado con la tribuna para aquellos que quieren INMOVILIZAR nuestra solidaridad con el prójimo. Estemos advertidos que los que braman, lo único que quieren son votos fáciles.