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Redacción PERÚ21

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Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

El PJ tiene varias deudas –algunas incalculables– con el pueblo peruano. Por ejemplo, en cuanto a la independencia respecto al poder político. En el último índice del Foro Económico Mundial, el PJ del Perú aparece en el puesto 126 sobre 148 economías; el PJ chileno, como comparativo, aparece en el puesto 27.

Otra deuda se visualiza en la eficiencia del PJ en resolver las disputas, tarea básica como imaginan. Nuevamente salimos entre los peores del mundo: 107 sobre 148 naciones. Chile, para variar, aparece en el puesto 29.

Hoy, el PJ nos exige un aumento en sus remuneraciones; en principio, digo, la exigencia que debiera ser resuelta primero es la ciudadana: ¿hasta cuándo vamos a seguir sufriendo de este sistema corrupto, injusto e impredecible? El PJ, al igual que el resto de instituciones financiadas con el esfuerzo de los contribuyentes, debe partir por proveer de servicios de una calidad mínima e indispensable para que podamos convivir en paz. Digo, como que debiera ser el contrato más básico y elemental, ¿no?

Lejos de ello, nuestro PJ se encuentra entre las instituciones más desprestigiadas: 68% de los encuestados recientemente desaprueban la labor del PJ, frente a un magro 27% que la aprueba. 49% la considera una institución corrupta, tan solo 1% por debajo de la Policía.

La huelga del PJ no tiene nada de blanca; más bien, es oscura y tenebrosa. Si algo requiere de un reajuste es la eficiencia y transparencia en su servicio, antes de ir exigiendo a cambio de nada.