[Opinión] Richard Arce: “Los carnavales nos vuelven a unir”. (Foto: Facebook/Carnaval del Reencuentro)
[Opinión] Richard Arce: “Los carnavales nos vuelven a unir”. (Foto: Facebook/Carnaval del Reencuentro)

El fin de semana en varias ciudades importantes del sur del país se celebraron los carnavales. Como en antaño, en Andahuaylas, en Cusco —en plena Plaza de Armas —, al igual que en Huamanga en Ayacucho y en la Ciudad Blanca de Arequipa, la fiesta se desató, con una gran convocatoria. Baile, danza, vestimenta típica, música, cantos, serpentinas, talco y agua a raudales.

En realidad, ya la semana pasada en Cajamarca se tuvo la expresión del carnaval más alegre del Perú, que tiene una tradición de décadas y ahora aprovechó muy bien la suspensión de las fiestas de la Virgen de la Candelaria en Puno, para movilizar el turismo interno y extranjero. Fue un éxito en desmedro de las cuantiosas pérdidas en Puno.

Aquí pondría en relevancia también al carnaval de la comunidad campesina de Sacclaya, en el distrito de José María Arguedas, en Andahuaylas –no por algo lleva el nombre del máximo dramaturgo del indigenismo–. Realza por su colorido y la convocatoria masiva, unas 10,000 personas bailando y danzando al son de los carnavales multicolores expresando el sentir de estos pueblos recónditos de nuestro Perú.

Para muchos los carnavales son fiestas paganas, pero en realidad son momentos de encuentro y reconciliación en muchos pueblos, porque se baila y canta desinhibidamente. Por eso, más que las críticas, estas expresiones resultan saludables para nuestra sociedad.

Pero zanjemos con la crítica desmedida de algunos sectores ideologizados y con claros intereses políticos que inmediatamente salieron a despotricar contra estas manifestaciones culturales, demostrando no solo ignorancia —no entienden la cosmovisión andina— sino la necedad de descalificar cualquier expresión festiva, cuando es esa la naturaleza del mundo andino.

Los carnavales son espacios de expresión popular, que con sátira expresan el sentir del pueblo —son muy duras las coplas que se cantan, descalificando, sobre todo, a los políticos—, así que el suelo está parejo, dejemos que nuestros pueblos vivan los carnavales, más aún en tiempos donde las diferencias nos están llevando a enfrentarnos entre peruanos.