Explicaciones. Villanueva se presentó durante varias horas ante el Pleno del Parlamento.
Explicaciones. Villanueva se presentó durante varias horas ante el Pleno del Parlamento.

El presidente Vizcarra debe reconocer el papelón de Villanueva con la fuga de Hinostroza. El jueves, ante el Congreso, dijo que el 7 de octubre se supo de la huida. Pero el mismo día, más temprano, aseguró que se enteraron el 17. Ya sea 7 o 17, la duda abre una peligrosa interrogante. ¿Lo supieron en su momento y, lo que sería más grave, dejaron pasar diez valiosos días dando ventaja al prófugo ex juez? Vizcarra disimula la patinada de su premier y la reduce a un lapsus. Villanueva se contradijo más de una vez. ¿Cabe más de un lapsus en una sola mañana? Tamaño error abre una caja de Pandora insospechada para el gobierno y, de paso, para Fuerza Popular.

Aprovechando esta torpeza, los apristas alientan la censura a Villanueva. Se necesitan 33 firmas para presentarla y 67 votos; los de Fuerza Popular son decisivos para llevar al Congreso a un paso del suicidio. Mucho dependerá del ánimo en el fujimorismo tras la solicitud de prisión preventiva para Keiko. Su defensa busca quemar las naves, dejando en offside al juez Concepción, quien muy probablemente acepte el pedido de la Fiscalía.

El Apra le pone en bandeja a Vizcarra algo que elevaría su popularidad a niveles siderales, pues un Villanueva censurado contaría como el segundo jefe de gabinete y ya sabemos lo que puede, o no, suceder. Con el hartazgo ciudadano en una mano, y la Constitución en la otra, Vizcarra rozaría los límites de una disolución con mucho ruido y polémica; el sueño se le puede volver pesadilla. El referéndum se cruzaría con las elecciones congresales que exige la ley, y en un río tan revuelto los apristas pescarían más que él.

Claramente, Vizcarra tiene un solo camino: despedir a Villanueva, refrescar su gobierno y abocarse a la extradición de Hinostroza. Quedan dos meses. Su confesión será lapidaria para muchos.