(LuisCenturión/Peru21)
(LuisCenturión/Peru21)

Supongo que atizados por la anémica generación de empleo con Humala y el inicio de PPK, lamento la xenofobia contra inmigrantes venezolanos. La considero errada por razones económicas y humanas.

Efectivamente, toman o crean empleos de baja productividad, los empleos que sobran. Los migrantes, por definición, son emprendedores. Deberíamos tenerlo claro viviendo en un país que está siendo transformado por migrantes. Tengo la impresión de que los inmigrantes venezolanos son profesionales o tienen preparación y experiencia que no se condicen con sus trabajos actuales, temporales. Ascenderán. No trabajarán donde hay exceso de oferta en breve. Colaborarán en mayor medida con nuestro país.

Humala candidateó sobre una plataforma chavista en 2006. Nos salvamos de un desastre, que incluye asesinatos de universitarios que quieren que termine la tiranía, a manos de francotiradores. Violencia en las calles. Escasez de medicinas y alimentos. Aumento de la desnutrición. Un narcoestado, posiblemente peor que el nuestro. Una cleptocracia. Una debacle humanitaria, social y económica.

Alan García, que produjo un desastre similar, nos libró de este. Tenemos que ser solidarios con quienes lo viven. Debemos acogerlos con los brazos abiertos.

De acuerdo con el BCRP, peruanos que emigraron remesan US$3 mil millones del exterior. Muchos emigraron, cortesía de Alan I en gran medida.

El camino es de dos vías. Jagdish Bhagwatti y otros académicos interesados en la integración de las economías del mundo consideran al libre movimiento de personas el paso concluyente de la misma. Es curioso que quienes más nos hemos beneficiado y beneficiaríamos de la migración externa e interna la resistamos.