La discusión  de hoy no estuvo exenta de polémica entre varios legisladores y en más de una ocasión el presidente del Parlamento tuvo que intervenir para poner orden en el debate. (Foto: Archivo El Comercio)
La discusión  de hoy no estuvo exenta de polémica entre varios legisladores y en más de una ocasión el presidente del Parlamento tuvo que intervenir para poner orden en el debate. (Foto: Archivo El Comercio)

Se equivocan quienes señalan que, declarada la inconstitucionalidad del intento de recortar el derecho presidencial para presentar cuestiones de confianza, es razonable votar a favor de la propuesta de bicameralidad en el referéndum de diciembre. La bicameralidad, como fue aprobada para la consulta popular, es insalvable.

Esto es responsabilidad directa de los legisladores, quienes, como palomillas de esquina, aprobaron un texto que no solo propone la implementación de dos cámaras, sino que a hurtadillas infiltraron dos caballos de Troya que poco o nada tienen que ver con ese punto del referéndum.

El primero es un nuevo intento de cambiar el mecanismo para la cuestión de confianza, buscando darle “constitucionalidad” a lo que hace dos días se ha declarado inconstitucional. De aprobarse la bicameralidad, entre otras cosas, ya no se podría presentar una cuestión de confianza para la aprobación de una norma. Es decir, el presidente ya no podría usar ese instrumento constitucional para impulsar una reforma judicial o política pues las mismas requieren leyes.

El segundo tiene que ver con la reelección de congresistas. Si bien se está votando una reforma específica sobre este asunto, ese es un saludo a la bandera. De aprobarse la bicameralidad, los 130 actualmente en el cargo podrán postular a diputado o senador en 2021, pues estarían postulando a un cargo distinto (el detalle está en las palabras). Recién para 2026 no habrá reelección al mismo cargo. Estoy a favor de la reelección, pero este es un engaño grotesco.

Los textos de lo que se votará en diciembre ya no se pueden cambiar. Ya se convocó a referéndum. Así que antes de pensar en salvar lo insalvable, mejor pensar en una nueva propuesta seria y transparente que permita volver a las dos cámaras.

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