(Foto: Congreso)
(Foto: Congreso)

El día de ayer, el presidente Martín Vizcarra mandó un mensaje de agradecimiento y felicitación a los peruanos por acatar mayoritariamente las disposiciones de aislamiento social obligatorio. Sin embargo, las primeras imágenes que nos llegaron del recién instalado Congreso de la República fueron un rotundo mentís a la aseveración y congratulación presidencial.

El país entero pudo apreciar a no pocos parlamentarios abrazándose y hasta dándose besos con los suyos y uno que otro adversario –bueno, eso sí se entiende un poco más– durante las ceremonias de juramentación y la primera sesión oficial en el hemiciclo de la Plaza Bolívar, donde, asimismo, hubo grupos compactos de gente arengando a sus huestes y representantes a grito pelado, codo a codo, sin mantener en momento alguno las distancias que aconsejan los especialistas y mucho menos observar las normas de emergencia sobre las aglomeraciones.

Un estreno, pues, poco responsable con la situación que se vive en el país ha tenido este nuevo Congreso, llamado a legislar hasta las próximas elecciones presidenciales de 2021 y que en sus manos tendrá no solo la revisión de los decretos de urgencia, que tanto preocupan al fujimorismo y a los etnocaceristas, sino una serie de medidas urgentes, entre las que destacan, también, las de la reforma electoral (RE), que no tardó casi nada en hacerse presente, con la aprobación de modificar el artículo 4 de la ley orgánica para que los proyectos de RE se puedan aprobar hasta seis meses antes de las elecciones de 2021.

Y no solo en ese punto, pues la bancada de Somos Perú planteó oficialmente eliminar la inmunidad de los congresistas, así como la promulgación de una ley para impedir que personas sentenciadas postulen a cargos públicos. Por su parte, el debate sobre la obligatoriedad de las elecciones primarias, a juzgar por declaraciones de distintos representantes, parece que tendrá para largo.

Así, en medio de la incertidumbre sobre cómo se desarrollarán las actividades parlamentarias con las medidas de cuarentena, se echó finalmente a andar el nuevo Poder Legislativo, del que el Perú espera al menos responsabilidad para enfrentar los males de hoy y los retos de mañana.