(AP Foto/Emilio Morenatti).
(AP Foto/Emilio Morenatti).

Lío entre médicos es lo que NO necesitamos a 180 días de una pandemia que seguirá con nosotros por largo tiempo. Miradas de recelo profesional nunca son ajenas en ningún ámbito. Sin embargo, en un momento como este, entrar en dimes y diretes es vergonzoso. La ministra de Salud, Pilar Mazzetti, se equivocó al no medir las consecuencias de hablar de lo “poco” que podían contagiar los asintomáticos, pero escuchar al exministro Zamora descalificando el uso de ciertos medicamentos que él defendió, lo define y lo evidencia con intenciones non sanctas.

En otros niveles de discusión entre médicos respetables, nos obligan a separar “la paja del trigo” y definir cosas importantes como si la ivermectina, la hidroxicloroquina (ahora retirada de la guía COVID) fueron y siguen siendo útiles o, como algunos afirman (Dr. Málaga, de la Cayetano Heredia), podrían, incluso, haber causado daño y muerte de muchos peruanos. Quizá el “algo había que darle a la población para bajar la ansiedad” en los primeros meses de la emergencia toma cierta fuerza. Pero hoy ese debate no puede dar lugar a celos. En el Perú se han cometido muchos errores, sí, pero también se están haciendo grandes esfuerzos científicos para llevar a cabo las alianzas con los laboratorios que están en la fase tres de las vacunas y nuestros médicos siguen en primera línea y aportando en el ámbito científico, pero de ninguna manera se puede caer los juegos sucios, juegos de ego, que son peores que el virus de muchas puntas.

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