El gobierno de Kim Jong-un aseveró que “no rogará” por conversar con EE.UU. (USI)
El gobierno de Kim Jong-un aseveró que “no rogará” por conversar con EE.UU. (USI)

¿Realmente las sanciones contra Corea del Norte explican su reciente cambio de actitud? El país asiático ha asumido costos imposibles de sostener en el tiempo, no solo producto de las sanciones, sino también de un programa nuclear muy caro. Pero las sanciones se vienen aplicando desde 2006; es más, el 2016 fue un buen año para la economía norcoreana, ¿por qué recién ahora tendrían efecto?

Principalmente desde la invasión a Iraq en 2003, Corea del Norte ha tenido como prioridad protegerse de las amenazas de Occidente. Para ello, el desarrollo nuclear ha servido como una herramienta capaz de disuadir a EE.UU.

Una vez logrado esto, Corea del Norte está tratando de debilitar la posición de EE.UU., más aún en un escenario internacional tan difícil para los intereses estadounidenses. Así, el reciente acercamiento entre las dos Coreas, la salida de EE.UU. del TPP y la guerra comercial que está iniciando Trump, pone en riesgo la influencia de la potencia mundial en el Asia.

Pero también Corea del Norte está buscando tener contacto con EE.UU. Sin embargo, considerando las asimetrías existentes, una negociación en igualdad de condiciones no solo requiere a un rival políticamente debilitado, sino también cierto equilibrio estratégico, el mismo que el régimen norcoreano habría alcanzado gracias al desarrollo de misiles balísticos intercontinentales que podrían llegar a territorio estadounidense.

Trump acaba de aceptar la invitación de Kim Jong-un para reunirse y, aunque crea que las sanciones están funcionando, no se da cuenta de que EE.UU. está bailando al ritmo de Pyongyang.