Ay mamita... SOS Perú, ¡septicemia judicial! (USI)
Ay mamita... SOS Perú, ¡septicemia judicial! (USI)

“10 verdecitos”, “la señora K”, “estoy saliendo de Palacio”, “los tickecitos para Rusia”, “¿qué quieren?, ¿la rebaja de la sentencia o la absolución?”, abominables frases de la élite encargada de impartir justicia en el país. El diagnóstico es de pronóstico reservado, con posibilidad mortal: infección generalizada cuyo nombre médico es septicemia. La etimología nos lleva al significado: corrupción de la sangre. ‘Sepsis’ es putrefacción, y eso es, precisamente, lo que ponen en evidencia, sin posibilidad de defensa, los audios que han publicado los medios periodísticos.

La corrupción en el país, bien lo recoge un libro imperdible en estos tiempos (La historia de la corrupción) de autoría de Alfonso Quiroz, recorre la médula de instituciones frágiles que padecemos desde la Colonia. Estar como sanguijuelas cerca del poder de turno para buscar arreglos, prebendas, componendas, intercambio de favores a fin de mantener una justicia enferma, en la que nadie cree, pero con la que nos obligan a convivir.

El presidente Martín Vizcarra y el premier, ambos aludidos colateralmente en las vergonzosas conversaciones de un juez supremo, han afirmado que el 28 de julio entregarán el proyecto al Congreso para una verdadera reforma del sistema político y judicial del Perú. Es de vital sobrevivencia que, esta vez, la cirugía al corazón y a la médula de nuestro sistema pueda devolver alguna esperanza. Si esto no sucede, debemos morir en el intento de seguir denunciando la podredumbre de las entrañas de los poderes del Estado. No es broma. No es un tema de antibióticos, es una operación mayor donde habrá que cortar órganos, algunos de ellos, incluso sin anestesia. Es un asunto de vida o muerte, señor presidente.