Salvador del Solar juró como presidente del Consejo de Ministros este lunes. (Foto: EFE)
Salvador del Solar juró como presidente del Consejo de Ministros este lunes. (Foto: EFE)

El nuevo gabinete que lidera el actor y abogado Salvador del Solar no la tendrá nada fácil, pues lo primero será asumir la pegada de un escenario en el que ya han comenzado a menguar los aplausos.

Algunos de los nuevos ministros vienen precedidos de experiencias exitosas en el mismo puesto, mientras otros, menos conocidos en la arena pública, apostarán seguramente por darles un nuevo aire a los problemas de su cartera.

La gestión del presidente Vizcarra se ha esforzado por presentar rostros nuevos en cargos estratégicos del gobierno, con más prestigio en sus respectivas carreras profesionales que en las chamusquinas de la política criolla. Eso presenta ventajas de cara al gran público, pero nadie ignora a estas alturas que para lidiar con los asuntos de Estado –léase ministerios, Congreso, burocracias, autoridades locales– es imprescindible la maña que a veces solo se consigue con la experiencia política.

El propio Del Solar vivió su bautismo de fuego durante su apurado paso y salida del Ministerio de Cultura, donde al avance de algunas iniciativas interesantes en su sector, les puso retro al primer cuestionamiento, por írrito que fuese, de la entonces bélica mayoría keikista en el Parlamento. Para no hablar de cuando desde el propio partido oficialista un desubicado representante le exigió que se pronunciase en contra de un humorista.

Generar consensos no es lo mismo que darle gusto a todo el mundo. El aplauso de la política sonará parecido, pero no es igual al que se prodiga en el teatro. Los consensos se buscan no para apaciguar o engatusar a las fuerzas opositoras, como creen ciertos intonsos, sino para lograr apoyos que permitan ajustar y desarrollar propuestas en beneficio de las mayorías.

Son estos consensos —más allá de “carnecitas” para la prensa o las redes sociales— los que coadyuvarían a la reactivación económica que el país necesita urgentemente, o a acelerar los procesos de reconstrucción y prevención en las zonas devastadas por los desastres naturales, por ejemplo. Es ese, y no otro, el liderazgo que se espera del nuevo premier.