El 4 de octubre, el Congreso de la República aprobó que las autógrafas de las cuatro reformas planteadas sean remitidas a la Presidencia para que continúen su trámite y puedan someterse a referéndum. (Foto: Andina)
El 4 de octubre, el Congreso de la República aprobó que las autógrafas de las cuatro reformas planteadas sean remitidas a la Presidencia para que continúen su trámite y puedan someterse a referéndum. (Foto: Andina)

Se viene un nuevo cambio de mareas. Ahora sí Fuerza Popular perdió el control operativo del Congreso. La creación de las bancadas Liberal, Cambio 21 y Unidos por la República –estas dos últimas formadas por ex miembros de Fuerza Popular– significa que el Congreso estará compuesto por diez agrupaciones, lo que traerá inminentes consecuencias en el manejo de los hilos del poder que tan mal han administrado en estos casi tres años.

Algunas consecuencias ya eran inevitables cuando Fuerza Popular pasó de 73 a 55 miembros. La aritmética ya no estaba con ellos, así que, entre otras cosas, no tenían los votos para sacar a Salaverry, elegir al siguiente presidente del Congreso con su Mesa Directiva, o crear comisiones investigadoras que sirvan para licuar rivales y blindar aliados. Tampoco podían impulsar vacancias o censuras caprichosas por sí solos. Ni el apoyo del Apra y de los independientes cómplices permitía llegar a los votos.

Ya habían perdido algunas de las chavetas que no dudaron en empuñar contra todo el mundo. Ahora, con la creación de las nuevas bancadas, también perderán el manejo del Consejo Directivo, lo que significará no tener control sobre la administración misma del Congreso. Ya no manejarán la –hasta ahora inexistente– agenda legislativa. Tampoco tendrán el control sobre comisiones estratégicas, el presupuesto y el oficial mayor, así que tampoco tendrán libertad para saturar pasillos y oficinas con sus militantes.

El poder para el fujimorismo es agua que se les escurre entre los dedos y han demostrado absoluta incapacidad para revertir la catástrofe. No estuvieron a la altura. La crisis evidenció sus limitaciones, lo que ha terminado trayendo una excelente noticia para todos porque no se recuerda peor manejo del Congreso que este.