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Redacción PERÚ21

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Guido Lombardi,Opina.21Entre los análisis que se han hecho en las últimas horas de las elecciones del domingo, solo algunos han señalado la responsabilidad que cabe en ellas al partido de gobierno cuando es, en realidad, la de mayor magnitud y trascendencia.

En cualquier tipo de competencia, perder está dentro de lo posible y no tendría nada de reprochable si se compite en buena lid. Lo que los aficionados, partidarios o simpatizantes no perdonan es perder por walkover. En especial si la ausencia se produce por las malas razones, es decir, el cálculo político menudo, el temor a la derrota, la incapacidad para plantear alternativas.

El triunfo de Gregorio Santos en Cajamarca y la posibilidad de que en otras cinco regiones del país ganen en segunda vuelta candidatos de sus características (antimineros), poniendo en riesgo inversiones por más de 20 mil millones de dólares, tiene seguramente explicaciones de carácter sociológico y económico, pero la razón política está directamente relacionada a la falta de liderazgo gubernamental. Y, en este caso, la responsabilidad no es exclusiva del mandatario Ollanta Humala. No hay que olvidar que la señora Nadine Heredia es la presidenta del Partido Nacionalista.

Lo grave del asunto es que, en estas circunstancias, poco podemos esperar de los últimos 18 meses de gestión gubernamental en temas fundamentales. Por ejemplo, en el tema de las modificaciones urgentes que requiere el proceso de regionalización. Mucho menos en la indispensable redistribución del canon y ni qué decir de la reforma política que debería impedir la proliferación de movimientos regionales y la práctica desaparición de los partidos nacionales. Aunque en este último terreno se haya aprobado en el Congreso una norma "importantísima" para que los presos puedan votar en los penales. En coherencia con que los presos puedan ser elegidos, nuestros congresistas han decidido que también puedan elegir. Muchas gracias.