Según lo dicho por Keiko Fujimori, de llegar a la Presidencia, su gobierno instalaría una demodura, algo así como una democracia con mano dura. El problema es que demodura suena más a dictadura.

La confusión entre demodura y dictadura, sin embargo, no solo es de carácter fonético, sino que revela que el keikismo ha comprendido que la única opción que tiene de llegar a segunda vuelta es anexándose al legado de su padre y construyendo la sensación de continuidad entre el pasado noventero y el futuro venidero. Fuerza Popular ya no es más la candidatura de Keiko Sofía, es la de Fujimori. ¿De cuál? Eso no importa. Se trata de ganar la elección, una aspiración legítima de cualquier candidato, pero que revela los problemas de esa candidatura en particular y de la derecha local que en el 2011 y 2016 la acompañó y en la actualidad la carcome.

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Identifico tres problemas importantes en la candidatura de Fuerza Popular. El primero, pero que parece tener menos relevancia para sus electores, es la mochila judicial. El segundo es que, estando en su tercera candidatura, parece nueva en la arena. Después de una década de campañas debería saber el guion de memoria, pero su falta de naturalidad salta a la vista. El tercer problema, que a la luz de las encuestas parece ser el más grave, se apellida De Soto y De Aliaga, dos candidatos que por asuntos de clase están siendo bien recibidos en el conservadurismo capitalino adinerado y aspiracional.

Que Keiko no pueda llegar a segunda vuelta debido a esas dos candidaturas endebles, desangeladas y vetustas, sin base social ni equipo ni energía aglutinadora, sería la mejor muestra de que su momento ya pasó.

De taquito: les recomiendo Como polvo en el viento, el último libro de Leonardo Padura. Tan bien escrito y emotivo que entra en la categoría de El hombre que amaba los perros, el libro icónico de Padura y que lidera mi lista de imperdibles.