8:30 AM.: Así luce el Congreso a solo minutos del inicio de la presentación de César Villanueva. (Mario Zapata/Perú21)
8:30 AM.: Así luce el Congreso a solo minutos del inicio de la presentación de César Villanueva. (Mario Zapata/Perú21)

La pataleta de algunos congresistas en el debate posterior a la presentación de Villanueva ya no tiene ningún sentido. La mayoría legislativa no parece querer darse cuenta de que seguir utilizando la misma receta que han usado hasta hoy no cambiará en lo más mínimo la tendencia del rechazo que existe contra ellos. Basta ver las encuestas, las demandas en las calles y las verdaderas necesidades de nuestros sistemas judicial y político para entender que ponerse en onda obstruccionista sobre asuntos evidentemente necesarios no les suma nada a ellos, pero sí (y mucho) a los objetivos de Vizcarra.

Es más claro que nunca que Vizcarra debe seguir la línea del todo por el todo con la cuestión de confianza. Más allá de la puesta en escena de los congresistas de FP y sus satélites, lo cierto es que estos cedieron apenas fueron presionados con la fuerza de la Constitución. En el fondo, tienen que saber que es una batalla perdida y que continuar enfrentándose a lo que una tan amplia mayoría del país quiere solo puede llevarlos por el despeñadero. Más allá de nuestra posición específica en cada norma –insisto en que prohibir la reelección de congresistas es un absurdo–, estos debates no pueden ser más postergados y sus principales opositores lo saben también. El contexto está dado para que Vizcarra no retroceda ni un centímetro, no solo con lo propuesto hasta ahora, sino también con otros varios temas que se mantienen en el tintero.

Por cierto, llama la atención leer a columnistas que buscan sembrar miedo señalando que la confrontación puede generar un frenazo en la economía. No pues. Zozobra es tener un presidente sumiso, un sistema de justicia en el que nadie confía y un Congreso más preocupado por sostener el mercantilismo y la informalidad que construir un futuro mejor.

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