¿Asistencialismo o productividad?

La importación de papa solo llega al 1% del consumo local. (USI)

La política populista implementada en 2018 por el Minagri, para comprar hasta S/50 millones de sobreproducción de papa que no se vendieron, envió –como fue previsto– un mensaje al resto de agricultores: el gobierno es acaudalado y cede a presiones. Poco más de un año luego de la huelga de paperos, 15 regiones acataron esta semana el Paro Nacional Agrario, que busca imponer al gobierno 15 medidas, algunas asistencialistas.

Entre estas, las más nocivas son las intenciones de restringir importaciones, instaurar franjas de precios e impulsar compras estatales de cultivos. Tales propuestas no solucionan el problema de fondo del sector: la baja productividad. ¿Es posible incrementar las capacidades productivas de aquellos agricultores en situación de subsistencia, que se ven obligados a destinar casi el 44% de su producción al autoconsumo (Cenagro), sin generar distorsiones en los mercados ni erosionar el erario público? Sí, hay algunas opciones.

Por ejemplo, solo 11% de pequeños productores usa adecuadamente fertilizantes (Cenagro), lo que genera una baja producción y bajos ingresos. Por ello, masificar el uso del abono mejoraría sustancialmente la condición de vida de las familias agrícolas.

Asimismo, se podría dar el mismo incentivo tributario que ya se da a la importación de fertilizantes tradicionales, a los desarrollados con tecnología de punta. Esto se debe a que, del total de fertilizantes importados, el 95.4% –que tienen nitrógeno, fósforo y/o potasio– está exonerado del IGV, mientras que el 4.6% –que contienen, además, micronutrientes– no tiene tal beneficio (Sunat). Bien haría el Minagri en priorizar el aumento de productividad del agro, en lugar de repetir la receta asistencialista.

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