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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Unos días antes de los atentados de París falleció uno de los más connotados intelectuales franceses, André Glucksmann, autor de tres libros que analizan el problema del terrorismo islamista. En Dostoievski en Manhattan (2002), nos advirtió: "Nosotros viviremos, y nuestros hijos sobrevivirán, en el seno de una historia en la que la explosión de las Torres (Gemelas) ha rehecho el mapa geográfico y trazado el horizonte infranqueable de un crepúsculo terrorista de la humanidad. El 11 de setiembre de 2001 siempre habrá ocurrido. Y hay que aprender a medir nuestras emociones y nuestras decisiones a escala de horror mediático".

Glucksmann, vinculado con tendencias de izquierda, comprendió luego del 11S que la mayoría de los intelectuales no querían renunciar al pensamiento "políticamente correcto" de las mayorías que no comprendieron lo que significó esa fecha. En Occidente contra Occidente (2003) escribió: "Los terroristas se han arrogado ante el mundo el derecho de matar a quien sea… Ese 'mal' que nadie quiere nombrar en nuestros salones posmodernos por miedo a ser tachado de indecente moralista, lo designan los estadounidenses, pues más allá de la moral, recubre realidades muy concretas e hirientes. Al no nombrar el mal, se evita combatirlo…".

Fue un visionario que advirtió a los franceses que Europa, con excepción de Inglaterra, "dormía la siesta" mientras el terrorismo islamista internacional avanzaba y señaló que a pesar de la invasión a Iraq, los europeos no podían darse el lujo de dividirse entre ellos y de EE.UU. ante el desafío de un enemigo común con una ideología de exterminio.

La muerte de Glucksmann luce como una metáfora de no haber querido presenciar, en su querida ciudad, que el tiempo le dio la razón.

Ariel Segalarielsegal@hotmail.com

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