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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Dejar o no dejar a la Unión Europea (UE) es la cuestión que el próximo 23 de junio decidirán los británicos, cual el Hamlet de Shakespeare, porque bajo el neologismo del Brexit (exit es "salida" en inglés) habrá un referéndum para determinar si ellos continuarán siendo miembros del bloque comercial y político al cual pertenecen desde 1973.

La idea de plantear el Brexit fue del Primer Ministro (PM) David Cameron, quien en búsqueda de votos que irían al partido nacionalista UKIP, liderado por el ultraconservador Nigel Farage, en las elecciones de mayo de 2015, tomó el riesgo de prometer este plebiscito, lo cual le funcionó para que su agrupación, el Partido Conservador, obtuviese más de la mitad de los escaños del Parlamento de Londres con un gobierno estable.

La apuesta de Cameron, a diferencia del éxito que tuvo con el referéndum de Escocia en 2014, cuando convenció a la mayoría de ellos sobre los beneficios de mantenerse dentro de Gran Bretaña (junto a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte), esta vez el PM entra en un terreno más arriesgado. Dada la crisis económica mundial desde el 2008, el hecho de que le tocara a Gran Bretaña (GB) junto a Alemania y Francia otorgar la mayor parte del paquete de rescate financiero a Portugal, Irlanda, Grecia y España, y más recientemente, la duda de muchos británicos de compartir, junto al resto de la UE, cuotas de refugiados musulmanes que escaparon de la muerte en Iraq, Siria y lugares peligrosos de África, Cameron tiene menos argumentos de peso para convencer a los británicos de permanecer en una UE fragmentada y debilitada.

¿Qué es el "cholix"? En la próxima columna se contestará esta interrogante.