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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21cbasombrio@peru21.com

Saldrán pronto otras, pero creo improbable que vengan con resultados diferentes, ya que las cuatro han estado encontrando datos más o menos similares.

Por cierto, es curioso que los que asumieron como mayoritario al Sí en base a encuestas, hoy despotriquen diciendo que la más reciente es un mamarracho y que hasta es comprada.

Hace un par de semanas escribí diciendo que la entrada del APRA a la campaña por el Sí podría ser un boomerang para su promotores. Parece que no me equivoqué. Que el vocero del Sí sea un congresista que despierta las simpatías de Mulder, se convierte en un activo para la campaña del No.

Después de esconderse durante meses, Solidaridad Nacional ha anunciado que apoya al Sí. La estrategia parece ser contrastar a Castañeda con Villarán. No es poca cosa. Ahora bien, si Castañeda repite su performance del 2011, cuando partió primero y llegó quinto, ganará en segunda vuelta. Además, está Comunicore. Una mayor exposición suya traería a diario el escándalo a las primeras planas.

Parece ser que el No ha acertado en la estrategia publicitaria. (Una campaña es un asunto profesional, algo que en su momento entendió muy bien Humala y que, por vanidad, Toledo no pudo).

Con ella el No, a diferencia del Sí, ha logrado salirse del agravio para proyectar una imagen fresca, moderna y plural. Nada está dicho, pero ojalá, por el bien de Lima, que al final gane el No. De ser el caso, la alcaldesa debiera sacar las lecciones correctas.

No habría sido la victoria de la izquierda (Lima es una ciudad políticamente conservadora). Más bien se habría beneficiado por una convergencia generosa de voluntades individuales y de fuerzas políticas que antepusieron sus discrepancias al interés colectivo.