Las transferencias mineras registraron un aumento de más de 400% en el primer bimestre de 2019. (Foto: GEC)
Las transferencias mineras registraron un aumento de más de 400% en el primer bimestre de 2019. (Foto: GEC)

Las expectativas sobre el desempeño de la economía para lo que resta de 2019 son para llorar. Así, se espera que el crecimiento de este año cierre entre 2.5% y, con suerte, 3%; que la inversión privada evolucione apenas 0.4% y que las exportaciones crezcan solo 1.7% –0.8% menos que el año pasado– por la caída de los volúmenes de exportación minera.

En este contexto, el Ejecutivo pretende cambiar la Ley de Minería, alterando las reglas de juego del sector que representa el 60% de las exportaciones del Perú. Si bien el ministro Oliva asegura que se busca “promover” la inversión minera, es natural desconfiar, ya que –según el vicegobernador de Arequipa– Vizcarra anularía la licencia de Tía María en las siguientes dos semanas.
Por ello, como tenemos a un presidente con ansias de popularidad, que no dudará en torpedear la economía del país para satisfacer a ciertos grupos de presión, resulta importante entender cuál es el aporte directo del sector minería al fisco para comprender qué está en juego.

Entre 2010 y 2012, el sector minero le aportó en total S/14,800 millones al Estado, financiando así el 5.2% de un presupuesto público agregado para aquel periodo. Luego, entre 2016 y 2018, dicho sector aportó S/9,100 millones, sustentando solo el 2% del presupuesto público.

Si bien la menor importancia que ahora tiene el sector minero –en términos absolutos y relativos– sobre los aportes al fisco se debe, en parte, a unos términos de intercambio 13.2% más bajos, también se debe a que el Estado no buscó “producir más” para compensar el efecto de menor precio.

Pero ¿qué le van a importar estas cosas a un Ejecutivo que, a este ritmo, cerrará el año con una ejecución presupuestal de solo el 78%?

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