Vía de Evitamiento será cerrada por obras. (Foto: El Comercio)
Vía de Evitamiento será cerrada por obras. (Foto: El Comercio)

Estas insípidas elecciones municipales están marcadas por asuntos que poco o nada tienen que ver con la administración de la ciudad, lo que se traduce en una insuficiente discusión sobre lo que esperamos del siguiente alcalde de la capital. Es verdad que en estos días la gente preferiría colgar a los políticos, pero si no salimos de esa irritación de inmediato, Lima podría terminar de hundirse en el caos. Más si cae en manos de alguno de los ‘populares’ que por ahora lideran las encuestas.

La Fundación Transitemos ha sacado la cuenta de que, en promedio, un limeño dilapida cada año lo equivalente a 20 jornadas laborales atrapado en el tráfico. Así, perdemos más de 8.5 millones de soles al día, sin considerar la calidad de vida que se esfuma en el asiento de una combi. Además, al año mueren cerca de 500 personas en accidentes de tránsito. Esto no va cambiar por sí solo. ¿Ya sabemos qué candidato tiene una buena receta, capacidad y voluntad para enfrentar este asunto?

Pensemos también en la expansión urbana de baja densidad, que es tan ineficiente y que configura Lima. ¿Quiénes proponen una visión con acciones sostenibles en el tiempo? Consideremos también parques y plazas. ¿Qué va a pasar con la Costa Verde? ¿Y con el comercio ambulatorio y los minoristas de la Parada? No olvidemos los taxis y la necesaria nueva Vía de Evitamiento. ¿E Indeci? Según Capeco, el 70% de las viviendas en Lima surgió informalmente. ¿Quién tiene en su agenda la gestión de riesgos?

Lima no se pueda dar el lujo de perder cuatro años más. Mirar hacia otro lado no debería ser una opción, pero para ser una sociedad en la que quejarse parece tan fácil, poco estamos haciendo para cambiar la realidad que sufrimos a diario. La apatía poco ayuda en esto. Dejar de informarnos e involucrarnos nos puede llevar al abismo.