Martín Vizcarra
Martín Vizcarra

La profunda crisis del aprofujimorismo los pone en una situación que podemos comparar con la de un animal herido. Al verse perdidos e impotentes ante la inminencia de su muerte, darán saltos, patearán, sin importar quiénes estén a su lado y el daño que puedan provocar a otros y a sí mismos.

Eso está pasando ahora y vemos cómo un desesperado ex presidente sin credibilidad y absolutamente solo en el Perú y en el extranjero, ya que ningún país le quiere dar asilo, ha iniciado su secuencia de estertores.

De otro lado, su bancada es una vergüenza, con un patético congresista de enorme experiencia a quien declaran inconstitucionales sistemáticamente todos sus proyectos de ley.

Debe ser terrible para alguien con una autoestima sobrevalorada estar en su lugar después de tener poder y una inmensa influencia en el Ministerio Público y el Poder Judicial, que por años lo han mantenido impune, y ahora sentir que se le mueve el piso.

El blanco de sus patadas es el presidente de la República, quien tiene una alta popularidad precisamente por enfrentar de manera directa a la corrupción.

En mi opinión, el presidente Vizcarra debe mantener la iniciativa política, debe mantener a raya al animal herido y reafirmarse como líder de la lucha contra la corrupción de manera activa.

Este momento es crítico porque las fuerzas que el aprofujimorismo tienen todavía en el Ministerio Público y el Poder Judicial están trabajando muy duro al interior para salvar a los mafiosos.

Como dice en el banner de convocatoria a las marchas en apoyo al juez Concepción Carhuancho, “la mafia no descansa, nosotros tampoco”, y ese es el reto de los próximos días.

Mantener la iniciativa en apoyo a quienes luchan contra el crimen organizado desde la sociedad civil es fundamental, pero lo más importante es que los intentos de vacancia al presidente Vizcarra se enfrenten con iniciativa y proactividad, adelantándose a las patadas que el animal herido pueda dar en los estertores de su muerte.