[Opinión] Richard Arce: El pequeño dictador

A pesar de que suene irreverente el título de la columna, esta me permite desarrollar dos aspectos muy importantes que han acontecido en estos días, en el inicio de la gestión del premier Aníbal Torres, que considero que serán determinantes para el futuro de su gabinete y, sobre todo, para el gobierno de Castillo.

Primero. La reunión programada en Ccapacmarca (Cusco), refrendada con su propia firma para el sábado 12 de febrero, finalmente fue pospuesta con el argumento del temporal de lluvias –característico en esta época del año–.

La cita se realizó el domingo 13 y estuvo presidida por Torres y ministros del MTC y de Energía y Minas. Lo valioso del acuerdo con las comunidades del corredor minero fue la tregua de 45 días, –considerando que Las Bambas había anunciado la paralización de sus operaciones para el 20 de febrero–, pero el problema persiste. Esta es la misma cantaleta que con Mirtha Vásquez; es decir, posponer el problema y tener una bomba de tiempo.

Lo grave de esta situación es la conflictividad anunciada ya no en Chumbivilcas, sino ahora en Espinar, en el distrito de Coporaque, donde una veintena de comunidades campesinas han anunciado el bloqueo en otro tramo del corredor minero.

Torres tiene que entender que este es el problema de fondo y que si no lo reconocen realmente, todo se tornará en una espiral sin fin, con los perjuicios que significa para el país. Se requiere una solución integral en todo el corredor.

Segundo. La conferencia de prensa que convocó ayer. Rehuyó a la prensa y, como un pequeño dictador, quiso imponer la narrativa distorsionada de que la crisis política es causada por el Congreso –que lo tiene bien merecido–, pero es evidente que la responsabilidad recae en el presidente Castillo. Así no va a lograr el voto de confianza; al contrario, va a desencadenar la vacancia. El país necesita explicaciones de las serias denuncias de corrupción que enlodan al gobierno.