Quizá no sea su última falsía, ni el fin de su karaoke político en su nuevo viaje al exterior. Ha sido su último mensaje a la nación como presidenta un año antes del fin de su mandato. El próximo 28 de julio, si Dios quiere, será otro quien lea el discurso previsto en la Constitución, el que reciba la legítima investidura presidencial. A Dina solo le corresponde en adelante hacer una transición democrática y ordenada. Cederá la banda presidencial a quien resulte elegido en abril de 2026.
¿Qué dijo la presidenta? Nada nuevo bajo el sol. Frases genéricas e hipotéticos triunfos en su mandato —el que asumió improvisadamente por la vacancia del expresidente Castillo decretada por el Congreso ante el golpe de Estado de 2022— Otra lectura larga, cansina, llena de buenos deseos alejados de la realidad, como si viviese una realidad alterna. Parece carecer de contacto con la realidad.
Un reto a la tolerancia. Su baja aceptación, de la que hace mofa, ha puesto en vilo su propia legitimidad. Su sobresaliente afán hedonista (Rolex, joyas, cirugías estéticas negadas y el gusto por viajar al exterior) ha lastrado su gobierno corto, pero que pudo ser muy bueno, en bienestar del país y aquellos a los que permanentemente llama “hermanos y hermanas”.
Una larga lectura para la tribuna (97 páginas) llena de repeticiones y clamorosas omisiones. Es que en verdad, habiendo empezado la campaña electoral, solo esperamos que esta prenda, que surjan los candidatos apropiados, las necesarias alianzas y que lleguemos a un buen puerto el próximo año para tener mejores autoridades en el Ejecutivo y en el Congreso —que deberá enfrentar la bicameralidad con diputados y senadores— luego de 30 años de unicameralidad.
Habiendo citado las necesarias obras ferroviarias del centro del país para dentro de varios años (como el “tren macho”), linda con la mezquindad la omisión a la Municipalidad de Lima con los trenes donados para la ruta Lima-Chosica, cuando esa maquinaria, que ha ahorrado al Estado millones de dólares, está en Lima muy cerca de Palacio de Gobierno y sobre la que hay una relación pugnaz entre el alcalde y el MTC. Silencio en el foro.
La necesaria reforma del sistema judicial ha sido genérica y vacua. Carente de precisión, contenido y metas concretas. La referencia a la institucionalidad democrática, a la estabilidad constitucional y política, fueron expresadas con un estruendoso silencio.
Los logros económicos han sido dados por el “piloto automático”, que conduce nuestra economía hace más de dos décadas, antes que por el Gobierno. Puede ser un mérito no haber desviado abruptamente su ruta, como intentó malamente Pedro Castillo, pero no haber desbarrancado al país no luce como un mérito. Era una necesidad.
Esperemos con ilusión el verdadero mensaje a la nación el próximo 28 de julio de 2026. Si Dios y el papa León XIV nos conceden ese don.