El esposo de Keiko Fujimori, Mark Vito Villanella, también se hizo presente en el penal. (Foto: Renzo Salazar / GEC)
El esposo de Keiko Fujimori, Mark Vito Villanella, también se hizo presente en el penal. (Foto: Renzo Salazar / GEC)

Cuando veo a las parejas de políticos corruptos que están en la cárcel, tengo sentimientos encontrados y muchas inquietudes dan vueltas en mi cabeza: ¿En serio no sabían nada? ¿No sospechaban el origen del dinero que se gastaba por montones? ¿Viajes, ropa, zapatos, casas, autos carísimos? ¿En serio no les llamaba la atención? ¿En serio firmaban papeles importantes sin leer?

El amor existe, eso es indiscutible y sí puede ser puro y sincero. Sin embargo, en tiempos de corrupción pueden presentarse dudas y hasta diría debiéramos todas ser desconfiadas.

Un amigo empresario me dijo una frase que en estos tiempos de corrupción debe ser una máxima orientadora: “Solo es gratis la leche de la teta de tu madre”, todo lo demás sale de algún lado que luego tendrás que retribuir de una u otra manera.

Por eso, en estos tiempos de corrupción es vital siempre enamorarse con la cabeza; sabiendo que eso es imposible, por lo menos tener algunos elementos de alerta que funcionen como filtros que te protejan de ir a la cárcel por amor.

Por ejemplo: ¿el carro en el que te invita a salir es de una entidad pública? ¿Paga las invitaciones que hace con la tarjeta de la entidad? ¿Cuánto gana? ¿Lo que gana tiene correspondencia con los gastos que hace? Atención que los sueldos de los funcionarios públicos son públicos y debes conocer el monto.

¿Te invita a viajes a los que va en misión oficial? ¿Te ha hecho firmar algún documento? Ojo, tener cuidado con abrir cuentas bancarias a tu nombre, ya sea en el Perú y mucho peor en el extranjero.

El amor en estos tiempos puede ser complicado, y no dudo que sea auténtico muchas veces, pero en otras ocasiones te puede llevar a la cárcel por no tomar las medidas de precaución.

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