Amedrentamiento como cancha
Amedrentamiento como cancha

@CamilaBozzo1

Es un día de marzo de 2010 y, en una de las salas de la Municipalidad Provincial de Trujillo, su lenguaraz alcalde da instrucciones a sus colaboradores más cercanos sobre cómo disponer recursos para programas sociales como parte de su estrategia para la reelección. Es en ese conciliábulo que nace la frase que quedaría inmortalizada en la memoria colectiva de la nación: “Queremos seguir gobernando Trujillo (...). Luego yo renuncio (...) y me voy a la campaña presidencial. Tenemos gobierno local, regional y hasta presidente (…). Plata como cancha para ustedes”. Aplausos atronadores. Vítores. Esa alocución le granjeó a César Acuña un proceso judicial por el delito de inducción al voto, del cual fue finalmente absuelto, pero eso no impidió que sus palabras alcancen posteridad.

Con esta frase (plata como cancha), el periodista Christopher Acosta titula su libro de investigación sobre el candidato presidencial César Acuña. En él narra de manera minuciosa y concisa cómo Acuña, en un afán de acumular poder, se ha valido de triquiñuelas y ha echado mano de la justicia para buscar impunidad. La criollada ha sido la principal divisa de este personaje con afán de trascendencia, de inmortalidad histórica.

Al patriarca de los Acuña el libro no le ha gustado nadita y ha denunciado ante el Indecopi a la editorial Penguin Random House y a Acosta por titular el libro con una marca registrada a su nombre. Esto es un intento de amedrentar al periodista y de golpear a la libertad de expresión.

Instrumentalizar la justicia y, en este caso, los procedimientos administrativos sancionadores para silenciar al periodismo es una práctica reprochable y peligrosa para las democracias; y que un candidato presidencial y presidente de uno de los partidos con mayor representación congresal recurra a ella son palabras mayores, incluso para el Perú.

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