Ambulantes pagan al día S/.5 a serenos

Hasta a ocho años de prisión podrían ser condenados los agentes por estos actos de corrupción.
GRAVE. Matones cobran cupos y defienden a los informales cuando intentan desalojarlos. (Martín Pauca)

Hasta cinco soles paga cada ambulante del Centro de Lima a los serenos para que los dejen trabajar. Y muchas veces esta 'bolsa' es organizada por grupos de matones, contratados por los mismos informales, que salen en defensa de los vendedores cuando hay un intento de desalojo.

Esto fue precisamente lo que ocurrió la tarde del martes, cuando un contingente de efectivos de Seguridad Ciudadana trató de sacar a los vendedores de las calles de Mesa Redonda y del Mercado Central.

"A veces son los serenos los que cobran directamente. Otras veces son personas que dan seguridad a los ambulantes y que están coludidos con las autoridades, a los que les pagan por dejarlos trabajar", sostuvo Roberto Díaz Asto, presidente de la Asociación de Importadores Medianos del Perú (Ampe), que tiene un puesto en el jirón Puno.

Estos malos funcionarios estarían implicados en el delito de cohecho pasivo, por lo que podrían recibir de cinco a ocho años de prisión, aseguró Roberto Miranda, abogado penalista.

Según el letrado, la responsabilidad política –más no penal– también alcanzaría al gerente de Seguridad Ciudadana, quien debería encargarse de controlar a su personal.

Al respecto, el regidor metropolitano Óscar Ibáñez indicó que se trata de una situación grave de corrupción, que debe ser investigada. Dijo que este es el resultado de la falta de una política de la Municipalidad de Lima para combatir el comercio informal.

DATO

- El gerente de Seguridad Ciudadana, Enrique Aguilar, dijo que si se comprueba este acto de corrupción, se separará y se denunciará a los implicados. Cabe recordar que recién se había iniciado la fiscalización.

Tags Relacionados:

Más en Opinión

Cerrón prófugo y protegido

Se fue Biden, el Inés Tello gringo…

La violencia contra el maestro

Los analgésicos de la vida

El Perú es más grande que sus extremos

Vamos a conectar

Siguiente artículo