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Redacción PERÚ21

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Carlos Meléndez,Persiana AmericanaSi bien es cierto que la Iglesia Católica jugó un rol importante en la democratización de América Latina en la década del ochenta, los católicos a nivel individual no tienden a apoyar la democracia en la actualidad. Según un estudio realizado por Alejandro Díaz Domínguez, en el continente ser católico tiende a disminuir el apoyo a la democracia. Por el contrario, protestantes y evangélicos están positivamente relacionados con las preferencias democráticas. La pérdida paulatina del monopolio católico de la fe (en Perú los católicos son el 80%, según LAPOP), la disminución de la influencia sobre organizaciones sociales, el recorte de privilegios estatales y la respuesta de los políticos a nuevas demandas en políticas sociales y familiares, ayudarían a entender estas preferencias anti-democráticas entre los católicos.

En lo económico, a mayores niveles de religiosidad crece el apoyo a políticas de libre comercio. Según los hallazgos de Díaz Domínguez, la Iglesia Católica ofrece apoyo emocional significativo a sus fieles, sobre todo cuando afrontan situaciones adversas, motivadas por reformas de ajuste. El desempleo y la desigualdad, por ejemplo, pueden digerirse mejor en un entorno de soporte religioso católico. Ello explica por qué entre los católicos (especialmente los menos conservadores) aumenta el apoyo al libre mercado.

Los católicos tienden a ser menos democráticos y más pro-mercado. Esta realidad debería también ser materia de reflexión en estos días apropiados.