notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El congresista Luis Iberico logró, por mayoría de 70 votos, la presidencia del Congreso con el apoyo de los fujimoristas, Concertación Parlamentaria, PPC-APP, Unión Regional, e incluso algunos de Gana Perú y Perú Posible (¿seguirán siendo aliados?) votaron por él.

Este Congreso deberá fiscalizar sin obstruir y apuntar a una transición ordenada hacia el próximo gobierno. Las primeras palabras de Iberico fueron relativas a contribuir a la gobernabilidad, diálogo y respetuosa colaboración con otros poderes del Estado.

El partido de gobierno, Gana Perú, ya tiene solo 31 congresistas (inició con 47) y ha perdido no solo presencia e influencia, sino poder en el Legislativo. Se han recompuesto las presidencias de algunas comisiones. La distribución de comisiones por bancadas y grupos parlamentarios se define en proporción al número de congresistas de cada grupo. Hoy, Fuerza Popular, de los fujimoristas, es el que tiene más congresistas (tiene 36 frente a los 31 de Gana Perú) y también más comisiones.

La presidencia del Congreso es importante porque prioriza la agenda y las coordinaciones con el Pleno. También son importantes algunas comisiones, sobre todo en el último año electoral, por el manejo "político" de las mismas: Fiscalización, Presupuesto, Constitución, Inclusión Social, Defensa, Inteligencia.

Son 24 comisiones y, debido a los disidentes, hay bancadas que no existían al inicio del gobierno, como Dignidad y Democracia (ex nacionalistas) y Unión Regional.

Es útil anotar que, durante el gobierno aprista, este no tuvo congresistas disidentes. Eso demuestra disciplina partidaria porque diferencias siempre habrá; Toledo (2001 al 2006) soportó 12 renuncias. En esta época preelectoral, los congresistas buscan reacomodarse de cara al escenario 2016-2021, buscando la reelección en su partido original o en otro grupo que los acoja. El Congreso este último año no debe inclinarse hacia la antiinversión con normas antitécnicas y electoreras.